Las características principales en las que debes fijarte a la hora de elegir el colchón, son la densidad y la resiliencia de la espuma. Y aunque esto te suene a chino, es lo más importante para tener un buen descanso.
Una baja densidad (20kg/m3) hace que el colchón sea más blando y sea más ligero, con lo que puede ser aconsejable para niños que pesan poco pero incómodo para un adulto.
Por otro lado, la resilencia hace referencia a la capacidad de rebote y elasticidad de la espuma.
Los colchones con los que trabajamos nosotros tienen una de las densidades más altas del mercado (37kg/m3) y con una gran capacidad de rebote y elasticidad (Alta Resiliencia) y vienen protegidos con un tejido 3D muy agradable y transpirable.